Una boda inspirada en el romanticismo de la primavera. Un cielo de flores teñido de atardecer y una puesta en escena llena de flores, texturas y los tonos empolvados que nos envolvieron en un día realmente mágico.
Carlota y Fran, una pareja dulce, siempre con una cara amable, rodeados de una familia increíble, de esas familias grandes, unidas y divertidas que todos envidian.
Ellos con su confianza y buen gusto, nos permitieron crear esta experiencia.
Aquí les dejamos un poco de lo que fue.
Gracias a todo el equipo que lo hizo posible.
Fotografías por: Azahar Acosta